lunes, 14 de septiembre de 2009

El aroma de tu olor


Es tú atemorizante, bestial, depredadora y dulce aroma que me guía cuando tengo temor, que me cautiva cuando no tengo imaginación y que me baña de añoranzas, pensamientos, excitaciones y una mezcla de explicitas fantasías que corrompen así, mis rutinarios observares cada amanecer, cada calido amanecer…
Te alejas, te acercas, me tocas, te toco. No son tus ojos un dominante instrumento, tampoco tu voz una tenue melodía… Es tu aroma que me encandila, es tu olor que me hace escuchar un sinfín de prodigiosas y culminantes sinfonías.
Oler tu brutal y abominable dulzura entorpece aun más mi inocente estupidez, rebalsando mi placer en un cauteloso silencio decorado por nosotros dos, atrapando tu olor arrojado en los vacíos donde tú y yo culminamos nuestro propio amor

Yo no quiero un Dios, tampoco quiero una promesa sin cognición, solo deseo tu dulce olor, el aroma de tu olor…

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Estas tú


Observando en el interior de mis más temidas reflexiones y agitando mis ojos hacia el cielo estrellado de cada noche junto tu presencia, mi cuerpo se calma y tu fulgurosa silueta destellada por aquellos celestiales tonos de una ingente y mustia luna impregnada de un resplandeciente brillo… estas tú. A mi lado con tu pálido rostro pensando en la nada, asimilando la realidad como algo totalmente imposible de prosperar… estas tú con esos ojos que no dicen nada, difundiendo enfáticas e inocentes necesidades que consumadas con afecto y regocijo se pacifican y erigen lo que es llamado satisfacción. La paz que ahora reina en mi cuerpo viene de tu fervor, viene de tu arduo desvelo. La forma de observar una fría noche la haces de una manera suave… serena. Estas tú cada noche aquí, purificando mis afligidos momentos, sonriendo por mí, compartiendo tu magia desconocida y arriesgándote a lo inédito. Estas tú en la simpleza de mis emociones, en la fragilidad de tu oculto sentimentalismo y en la caída de un atardecer por siempre.