martes, 20 de mayo de 2008

Cabellos Dorados

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Se agitaban los fuertes vientos en medio de lo inocuo y ella permanecía intacta sosegada a su soledad desamparada en el olvido, introduciendo sus frías y blandas manos en aquel dorado y calido lugar.
Mientras su interior se agitaba en lo desconocido ella gritaba a los cuatro vientos y suplicaba desesperadamente palabras de perdón. Un lugar calido como nada ni nadie y desolado como su propio interior, sus manos protegidas y su brillante y dorado cabello en medio de diminutas rocas convertidas en arena por las pavorosas tormentas.
No solo el calor carismático de aquel lugar provocaba incomodidad y alteración en ella, sino que aquella grandiosa luz divina del cielo hacia que sus nervios se duplicaran y su cuerpo no reaccionara. Solo esperaba la oscuridad, sentirse en el vació, convertir su despiadado y malévolo corazón en uno mucho mas sombrío y opaco, sin color, sin compasión. Ocultar sus pasos, ocultar su lugar soplando con lágrimas en sus negros ojos la indefinida arena que protegía sus manos llenas de grandeza.
Solo quería hospedarse eternamente en aquel lóbrego silencio, en su propia ignorancia, bañada con sus propias respuestas y embalsamadas con un toque de odio y desprecio.
Su soledad la ayudaba a sentir deseos de verdad, hundirse en la arena era su realidad. Sentirse refugiada por lugares incomprendidos y olvidados la ayudaba a crecer en la maldad, la ayudaba a llorar por el resto de sus días hasta que ninguna gota de llanto y sensibilidad quedara en sus oscuros y observadores ojos.
Mientras hablaba, lloraba y gritaba en el silencio de la noche, aquel brillo incandescente del cielo iluminaban sus ojos y ella pasmada en los reflejos solo pensaba en la normalidad, en la igualdad y en un solo destino.

Solo Deseaba Dormir para siempre en su codiciado refugio...

1 comentario:

Kristian dijo...

NO SÓLO BUENAS FOTOS, TAMBIEN BUENA PLUMA.
ME HA GUSTADO LO QUE LEÍ.

SALUDOS.